Más de 2.800 hectáreas
de flora ibérica
Decir La Torre, El Álamo, Santa Clara, Tapias, Dehesilla... es nombrar a las dehesas más emblemáticas del término municipal de Aroche (Huelva), la mayoría integradas dentro del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. La dehesa es un ecosistema surgido como resultado de la acción moduladora del hombre y de la explotación ganadera sobre el antiguo bosque mediterráneo. Se asienta sobre sustratos de rocas silíceas, duras y ácidas, principalmente pizarras y granitos. El clima que acompaña a las dehesas, es mediterráneo. Bajo estas condiciones conviven especies vegetales tales como las quercíneas, herbáceas y arbustivas; animales domésticos, especies salvajes y microorganismos que propician los aprovechamientos múltiples del suelo y del vuelo.
La encina: donde
empieza todo
Es la especie más característica de la dehesa junto con el alcornoque y el quejigo, todos ellos presentes en nuestras fincas. Todas del género quercus, además de producir bellotas, proporcionan corcho, leña, carbón vegetal, sombra en verano y sobre todo, alimento. Algunos ejemplares de la finca La Torre, están catalogados como árboles singulares de Andalucía. La montanera, que es el periodo de alimentación natural y en extensivo del cerdo ibérico, se extiende en los meses de otoño-invierno (octubre a marzo) que es la época de producción de las bellotas. La alimentación de los cerdos durante la montanera, se basa pues en las bellotas y en cantidades variables de hierba, lombrices, caracoles etc, alimentos que sirven para el engorde y el engrasado de los cerdos, aportando una elevada concentración de ácido oleico o “grasa saludable”.
La raza
El cerdo ibérico es el genuino representante del porcino extensivo español, es pues, el principal protagonista de nuestras dehesas arboladas. Hablamos de un animal de tamaño medio, de piel siempre pigmentada, con espalda, dorso y jamones de musculatura manifiesta; con extremidades finas, resistentes y con pezuñas de coloración oscura y uniforme. Nuestros animales se encuentran inscritos en el libro genealógico como ibéricos puros. Los porcinos ibéricos son animales que poseen una capacidad genética que les permite almacenar grandes depósitos lípidos que a su vez infiltran en las masas musculares, que proporcionan a su carne una incomparable untuosidad, textura y aroma. Es un animal rústico, con gran capacidad de adaptación al medio.
Cortegana y su entorno